¿Cómo saber si tu idea de negocio es viable?

Una idea se convierte a menudo en un proyecto, pero el proyecto en sí sólo tiene posibilidades de éxito si es viable.

¿Cómo saber si tu idea de negocio es viable?
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La viabilidad de un proyecto es bastante compleja de medir. En realidad, se evalúa en varios ámbitos: el técnico, el estratégico, el económico, el financiero y el psicológico. Antes de empezar, hay que asegurarse de que cumples todos estos criterios.

Para los emprendedores, en este artículo te ofrecemos conocer las 5 maneras de saber si tu proyecto de creación o adquisición de una empresa es viable o no.

Tu proyecto empresarial es viable si es técnicamente factible

Este es el primer criterio que debes comprobar antes de planteártelo. Para que tu proyecto empresarial sea viable, debe ser técnicamente factible.

Para asegurarte de ello, primero debes comprobar que tu idea de negocio es viable y que nadie más la ha presentado. Además, no debe estar protegida por una marca, patente o diseño. Hay varias formas de ayudarle en su planteamiento.

A continuación, en el plano funcional, debes asegurarte de la viabilidad técnica de tu producto, sobre todo si es innovador. Basa tu análisis en criterios objetivos: ¿qué medios tendrás que aplicar? ¿Podrás reunir los componentes necesarios para fabricar el producto? ¿Qué competencias son necesarias? ¿Qué harás internamente? ¿Qué subcontratarás?

Por último, algunos sectores pueden tener "barreras de entrada". Se trata de normas y reglamentos que hacen que sólo unas pocas empresas puedan acceder al mercado. Estas empresas deben, por ejemplo, estar autorizadas o poseer diplomas o cualificaciones específicas. También hay monopolios guardados, como el de los contables.

Tu proyecto empresarial es viable si has verificado ciertos supuestos

Primero hay que comprobar dos parámetros muy importantes:

Debe empezar por examinar la pertinencia de tu oferta. Debe aportar una solución a un problema existente. Sin problema, no hay demanda y, por tanto, no hay oferta que hacer.

A continuación, debes validar el binomio producto/destinatario, es decir, asegurarte de que tu oferta (y su valor añadido) es adecuada para tu clientela.

Además, antes de lanzar tu oferta, comprueba la ventana de oportunidad de que dispones. En otras palabras, asegúrate de elegir el momento adecuado para lanzar tu producto/servicio al mercado. Los consumidores tienen que estar psicológicamente preparados para comprar su producto, pero también tecnológicamente capacitados para hacerlo. No subestimes este último punto, ya que el entorno tecnológico es cada vez más importante.

En la mayoría de los casos, la investigación de mercado puede servir para comprobar todos estos puntos. Distribuyendo cuestionarios a una muestra cuidadosamente seleccionada de los clientes potenciales de tu empresa, puede reunir información esencial sobre este tema. Si es necesario, puedes ir aún más lejos y movilizar a grupos focales para profundizar en la reflexión.

Tu proyecto empresarial es viable si tienes suficiente visibilidad

Los medios que utilices para dar a conocer tu oferta son decisivos. Existen diferentes tipos de canales de comunicación, y en la jerga se denominan canales de comunicación.

Se enumeran en tu plan de comunicación: publicidad, boca a boca, artículos de prensa, ferias, correo electrónico, etc. Hay que ser audaz en este sentido. Una buena idea no funcionará si no es conocida por el público.

Los canales de distribución son igualmente importantes. Son los canales de venta a través de los cuales se venderá tu oferta de productos/servicios: venta a domicilio, venta online, tiendas y puntos de venta al por menor, mercados, etc. Puedes utilizar canales existentes (ten cuidado de no utilizar demasiados). Puedes utilizar los canales existentes (aunque ten cuidado con el coste) o desarrollar tus propios canales de distribución (por ejemplo, la venta directa).

El análisis de tu mercado y de tus competidores también desempeñará un papel importante en tu reflexión. Debe permitirte responder a las siguientes preguntas: ¿Podrás hacerte un hueco en el mercado? ¿Cómo te diferenciarás de tus competidores? ¿Cómo esperas que reaccionen? ¿Cuáles son tus puntos fuertes y débiles?

Tu proyecto empresarial es viable si es equilibrado y rentable

Evidentemente, la viabilidad de tu proyecto se mide también, y, sobre todo, en términos financieros.

Tu actividad debe ser rentable y permitirte vivir, es decir, mantener tu nivel de vida personal en un nivel al menos equivalente al existente antes del lanzamiento de tu proyecto. Pero, más allá de eso, tu proyecto debe permitirte ir mucho más allá. Para ello, hay que fijarse objetivos ambiciosos y realizables.

Hay que encontrar un equilibrio financiero. Tienes que contribuir a tu proyecto y meterte la mano en el bolsillo.

Por lo general, se estima que un jefe de proyecto debe aportar alrededor del 25% de las necesidades financieras generadas por su proyecto.

La cantidad exacta depende de la naturaleza del proyecto (creación o adquisición) y de sus características (actividad, tamaño, etc.). El resto puede ser financiado por entidades de crédito (bancos) o inversores.

Para comprobar el equilibrio y la rentabilidad de tu proyecto, debes elaborar un plan de empresa o, al menos, una previsión financiera. Incluye los cuadros financieros indispensables para cualquier análisis: cuenta de pérdidas y ganancias provisional, balance, plan de financiación, cuadro de tesorería, etc. También te servirá como herramienta de comunicación para encontrar financiación.

Tu proyecto empresarial es viable si realmente crees en él

En cualquier proyecto empresarial, la motivación es esencial; incluso es un factor determinante. Una buena idea por sí sola no genera un jugoso negocio. A veces, ideas más bien comunes, pero llevadas a cabo por emprendedores valientes y motivados, funcionan mucho mejor. Tu motivación te permitirá superar los numerosos obstáculos que se te pondrán por delante y también convencer a tus socios.

A este nivel, asegúrate de pensar más allá de ti mismo. No debe tratarse sólo de ti, como propietario del proyecto. Debes incluir en tu razonamiento al equipo que te rodea, en el sentido más amplio. Aquí, por tanto, debes validar la pareja "equipo/proyecto". El perfil de cada miembro es importante, así como las interacciones que existen entre los fundadores.

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